Fue un cazacarros alemán basado en el chasis del Panzer 38(t). Estuvieron en producción desde 1942 hasta 1944 y sirvieron en todos los frentes hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
En las primeras fases de la Operación Barbarroja, la Wehrmacht sintió la necesidad de una solución anticarro más móvil y poderosa que la artillería remolcada existente. Esta necesidad llegó a ser una urgencia a finales de 1941, con la aparición de los nuevos tanques soviéticos como el T-34 y el KV.
Como una solución provisional, se decidió utilizar tanto los tanques obsoletos como el Panzer II y los vehículos capturados como el 38t como base para cazacarros improvisados. El resultado fue la serie Marder, que estaban armadas con un cañón PaK 40 de 75 mm o un cañón ruso F-22 modelo 1936 de 76,2 mm, que habían sido capturados en grandes cantidades.
Esta variante del Marder III portaba el cañón alemán PaK 40 de 75 mm en un Panzer 38(t) Ausf. H. Este tenía el motor en la parte posterior del vehículo (la H significa Heckmotor, motor trasero), con el cañón en el centro. Transportaba un total de 38 proyectiles y, como el Sd.Kfz. 139, una ametralladora de 7,92 mm en el casco, de producción checa.
El nombre completo de esta variante era Sd.Kfz.138, 7.5cm PaK40/3 auf PzKpfw 38(t) Ausf. H. Unos 418 Marder III Ausf. H fueron construidos o convertidos desde el Panzer 38(t) entre 1942 y 1943.
Los Marder III fueron utilizados en las divisiones Panzer y sus Panzerjäger Abteilungen (Batallones de cazacarros) tanto de la Wehrmacht y las Waffen SS, como también de varias unidades de la Luftwaffe, como la División Hermann Göring.
Mientras que los Marder III eran vehículos fiables, como todos los vehículos con el chasis del 38t checoslovaco, y su capacidad de fuego suficiente para destruir vehículos blindados ligeros y medios a distancias razonables, su principal debilidad estaba relacionada con su capacidad de supervivencia. La combinación de una silueta alta y un blindaje abierto en la parte superior los hacía vulnerables al fuego de artillería indirecto. La protección era también ligera, lo que los hacía vulnerables a los tanques enemigos.
Los Marder III no eran vehículos de asalto o sustitutos para los tanques; su estructura abierta en la parte superior era un riesgo en combates urbanos o muy cercanos. Era mejor utilizado en tareas defensivas o de apoyo. A pesar de sus defectos, los Marder III eran más efectivos que los cañones anticarro remolcados que sustituían.
La caja de la maqueta
La maqueta
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