Fue un monoplano de construcción metálica, empleado en funciones de ataque a tierra (avión de asalto), por la Aviación Legionaria durante la Guerra Civil Española y la Regia Aeronautica en los inicios de la Segunda Guerra Mundial.
En abril de 1937 llegaron a Sevilla procedente de Italia las primeras unidades de este avión. Se enviaron a España con el propósito de descubrir su utilidad en combate y conforme a lo que veían ir modificando sus prestaciones.
Fueron pilotados únicamente por personal italiano, encuadrándolos en el grupo de asalto nº 65. En la batalla de Teruel, en la que actuaron como bombarderos sufrieron la primera baja en combate, muriendo su piloto; en la batalla del Ebro también fue abatido otro avión, pero esta vez se salvó su piloto. También estuvieron en los bombardeos sobre Cataluña, perdiendo otro aparato.
Al final de la guerra de los 23 aviones que trajeron solo quedaban 11, que dejaron en manos españolas.
Hubo dos modelos distintos en nuestros cielos. Lo único que cambiaba era un motor más potente, y dependiendo del que llevaban llevaba otra pintura.
La caja de la maqueta
La maqueta
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